Durante muchos años la cortina vertical sólo se ha colocado en oficinas, pero actualmente se ha ido colando en nuestros hogares, ya que nos permite cubrir grandes ventanales con techos altos teniendo un espacio de recogida mínimo.
La cortina vertical consiste en un riel, del que cuelgan unas lamas de tejido (cuyo ancho puede ser 89 mm/ 127 mm/ 25 cm) orientables. Suelen colocarse en el techo.
Es un tipo de cortina muy versátil, ya que puede llevar el riel recto o curvo, adaptandose a diferentes necesidades, llegando incluso a colocarse inclinado para adaptarse, por ejemplo, a las escaleras (la inclinación máxima es de 55º). La inclinación puede ser tanto en la horizontal como en la vertical.
El accionamiento puede ser con cordón, manivela o motor.
Los tejido empleados para las lamas suelen ser de poliéster resinado (para repeler el polvo) o Polyscreen. Las lamas de tejido llevan en la parte inferior un contrapeso para mantener la tela tensa y una cadena que sirve de unión entre las lamas para mantenerlas colocadas. Se pueden combinar lamas de diferentes colores, hacer recortes en la parte inferior o inclinar la base cuando el riel se coloca inclinado.
Son de fácil mantenimiento, ya que la capa de repelente de polvo nos permite limpiar la cortina pasando la aspiradora o, en el caso del Polyscreen con un trapo húmedo, aunque también se podrían enrollar las lamas sobre sí mismas y sumergir en agua con jabón neutro, se colgarían húmedas para que se terminaran de secar.
También existe la posibilidad de hacer las lamas de PVC, madera o aluminio; en estos casos la limpieza se haría pasando un trapo húmedo por la superficie de la lama.
La recogida es variable, podemos elegir entre recoger: a la derecha, a la izquierda, hacia el centro o hacia los laterales; dependiendo del fabricante existe la posibilidad de recoger de una forma u otra.
Como ven, la cortina vertical puede ser otra opción decorativa cómoda y vistosa.
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